sábado, 23 de junio de 2012

Una ciudad surrealista. Kolkata



Resulta que los indios se cansaron de ser perrito faldero de los ingleses y volvieron a llamar a su ciudad como se debe, Kolkata, que había sido bautizada por sus colonos como Calcuta. Así que sorry viste, yo a my post lo nombro Kolkata.

Una mujer camina, está vestida con hermosos trozos de tela de colores increíblemente intensos, puros,  alegres, tiene los tobillos adornados con unos lazos de metal con cascabelitos pequeñísimos, las manos pintadas, llenas de anillos, la cara con aros que desprenden chispitas de luz con cada movimiento. Miro y analizo, sin duda se trata de alguna princesa medieval que escapó de algún castillo. No, la mujer lleva un canasto con verduras para vender en la calle, y camina descalza en el barro y la basura.







Estoy cansado y hambriento, entro en un lugar en el que no hacen menos de 40 grados, sobre uno de los laterales del salón hay una batea enorme de acero inoxidable guarda una infinidad de cosas; la pared del fondo tiene un color negro petróleo, negro grasa, negro hollín, y un tablero del que cuelgan algunas herramientas; de la puerta del fondo sale un muchacho que, a juzgar por su vestimenta, le está haciendo el tren delantero a un Chevrolet 56. No, no me equivoqué, estoy en un restorán y esa pared negra es la de la cocina, esas herramientas del tablero son los utensilios para cocinar y ese muchacho es el cocinero. Ahora entiendo al francés del hostel que llevaba 3 días comiendo torta y papas fritas de paquete. 
La comida estaba deliciosa.





Salgo del hostel y por la calle va rodando lentamente, sobre sus enormísimas ruedas de madera, una carreta, o un carruaje -porque tiene techito, me siento como en una peli de Bonanza, atrás de la diligencia haciendo la guardia para los asaltos indios o bandoleros. Quiero pasar a la carroza, para poder apreciar al conductor y su poderoso corcel y para preguntarles acerca de su tan elevada misión. El conductor no existe, el poderoso corcel ha sido remplazado por un indio que no pesaría más de 45 kilos y que no tendría menos de 45 años. El tipo transporta gente por la ciudad por unas pocas rupias.




Cuenta la historia que los perros y los chanchos se batieron a duelos de básquetbol y guitarra para ver quien se quedaba con la ciudad, en todos los sitios del mundo ganaron los perros, no me pregunten por que acá en Kolkata los que andan libremente por ahí, los que se revuelcan y duermen en la vereda, los que revuelven la basura, son los chanchos.







Dios no quedo conforme con pintar de gris toda la ciudad, de dejarla atrapada bajo una maraña indescifrable de cables de alto voltaje, de pudrirle las paredes con humedad y calor, a todo eso y como frutilla del postre remplazó las palomas por cuervos negros.


Algunas más, a discresión:


  





 Se ve que un santiagueño anduvo por estos pagos haciendo un poco de daño y dejó algún que otro gen dando vueltas...


 


1 comentario:

  1. Hola Juan,
    estoy probando a ver si puedo comentar y saludarte por este medio.
    El caos de Kolkata, creo que ahi sobre el Ganges vas a poder ver los crematorios "a cielo abierto", creo que los cuerpos que no se creman son de niños y mujeres embarazadas.
    Un abrazo.

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