domingo, 3 de junio de 2012

Phnom Penh, capital de Camboya


A la capital camboyana pasamos a hacer las visas de Vietnam (próximo destino)  y de paso visitamos algún museíto.
La presencia colonial francesa dejó su huella en esta parte de la península indochina y llega hasta nuestros días en la forma de Baguettes. Por la calle abundan los carritos que prearan sanguches. Es una lástima que los franceses no se hayan quedado tanto tiempo como para inculcar también sus costumbres sobre el relleno, pieza fundamental del holismo sangucheano. Las baguettes son infladas con una buena cantidad de vegetales, fiambres de procedencia muy dudosa y probablemente también de esa pasta de pescado fermentado sobre la cual se basa todo el arte culinario camboyano. Sanguche camboyano + Colectivo = descompostura. Lamentablemente la comida no iba a ser lo único que nos revuelva el estómago.
Hace algunos años (mediados de los 70) unos muchachos conocidos como los Jemeres Rojos decidieron que el país entero debía vivir acorde a sus ideas, entonces cargaron, apuntaron y dispararon.
La consigna de los Jemeres Rojos era la de evacuar todas las ciudades y destruir la civilización y cultura urbana (considerada burguesa) e instalar un sistema económico puramente agrario para volver a la antigua cultura Jemer. Cuando en 1975 llegaron al poder, declararon el año 0 y comenzó la movilización de todos los ciudadanos al campo. Esto no se hizo invitando amablemente a los camboyanos a abandonar sus humildes moradas y comenzar una vida en contacto con la naturaleza, sino que corrió sangre. Se calcula que una cuarta parte de la población camboyana fue muerta. La clase media fue prácticamente exterminada.
Uno de los ´´museos´´ más impresionantes de Cambodia era una escuela primaria. En época de los Jemeres Rojos esa escuela se transformó en una cárcel. En las aulas se levantaron paredes muy improvisadas de ladrillo o madera para hacer habitaciones individuales, cada una con su respectiva cadena amurada al piso. La polea que servía para que los chicos hagan gimnasia ahora era instrumento de tortura. Las ventanas de los pisos superiores se cerraron con alambre para que los prisioneros no se suicidaran.
Ahora las aulas están llenas de fotos de los presos, gracias a que los Jemeres Rojos llevaban un registro muy prolijo de todos sus huéspedes, y de calaveras rescatadas de las fosas comunes. Las calaveras tienen un agujerito por el que entró la bala y salió la vida.
Quién guste más info puede ver el documental ´´S21 la máquina roja de matar´´ que trata sobre dicha escuela.
El régimen Jemer duró 4 años y terminó con la invasión vietnamita de Camboya. Cuando los vecinos orientales entraron en la capital camboyana la encontraron prácticamente vacía.

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