sábado, 2 de febrero de 2013

En busca del Viejo Sabio



Andaba yo por las tierras septentoriales de la India y me dijeron:
‘’Allá, arriba de ese cerro, vive el viejo sabio dueño de todos los minisúper, que te responderá tres preguntas’’
 Y yo pensé: ‘’Tres preguntas no es mucho, pero frente a la falta de toda certeza es una infinidad, así como el grano de arroz se siente infinito frente a la nada misma. Tengo que subir ahí’’
Luego de un lento y penoso ascenso, en el que se me soliaron las ideas, llegué a un salón oscuro y húmedo, al fondo, el viejo sentado en un cojín más viejo y flaco que él fumaba tabaco en pipa, lo que hacía el aire todavía más viciado y denso.
-Habla, tienes tres preguntas.
-Señor Sabio, Cuál es el sentido de la vida?
El viejo se quedó quieto, pitó de su pipa, peinó su barba y dijo:
-La vida se preocupa por encontrarse un sentido cuando es ella misma la que se lo da.
Las palabras del Sabio no eran muy claras, pero sin perder tiempo:
-Señor Sabio, Dios creó al hombre o el hombre creó a Dios?
El viejo pitó nuevamente, su cara se envolvió en una nube de tabaco.
-Dios creó al hombre para que éste recree a Dios y así asegurarse mutuamente un lugar en la eternidad.
Mmmm algo blásfemo pero bueno, el sabio es él.
-Señor Sabio, las empanadas de carne van con pasas o con aceitunas?
El Viejo, sin vacilar un segundo dijo:
-Aaaaaappppp, a mi no me metan en quilombo.
Y desapareció.

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