viernes, 15 de febrero de 2013

Consideraciones sobre el infinito

 


Siempre me llamo mucho la atención el hecho de que el infinito se pueda alojar en un espacio acotado. Uno tiende a pensar que el infinito es algo inmensamente grande, y que todos estamos dentro de él. Pero lo cierto es que estamos rodeados de infinitos infinitos individuales que andan pululado por ahí.
Pensemos en una regla, pareciera que entre el centímetro 1 y el 2 hay un espacio acotado, pero en realidad hay un espacio infinito, podemos comenzar a dividir ese segmento y no acabar nunca, encontrar siempre nuevos puntos que brotarán como agua de manantial y nos atormentarán las ideas. Lo mismo ocurre entre el centímetro 1 y el 1,1, por ejemplo, podemos encontrar el 1,01, el 1,001, el 1,0001, el 1,00001, el 1,000001, el 1,0000001…
Así es como el infinito se encuentra en espacios acotados. Lo que me produce una terrible sensación de vértigo y miedo de caerme ahí, entre el 1 y el 1,1, donde conceptos como espacio y tiempo quedan a merced de reglas divinas desconocidas, y pasarme todo el resto de mi existencia intentando encontrar el camino de regreso a casa.
Me salva de la desesperación saber que en mi fuero más íntimo soy irreductible.

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