miércoles, 13 de febrero de 2013

Bosque





Bosque. Dicen que la paz reina en estos lugares pero basta ponerse un poco en la corteza de sus habitantes para darse cuenta de que aquí reina alguien o algo, pero definitivamente no es la paz. Los árboles están, en efecto, en una carrera frenética y desesperada por llegar más alto, más alto que sus vecinos para que no les tapen el cielo y poder conseguir un poquito más de luz y desarrollar más hojas para atrapar más luz y crecer un poquito más. Es una cuestión de supervivencia, quien no corre esta carrera atroz verá como de a poco su agujerito de cielo se va cerrando sobre su copa, debido a las hojas de sus vecinos que ven la posibilidad de captar esos rayos de luz que pasan por ahí, y quedará relegado para siempre pues cuando quiera crecer, o incluso alimentarse, se encontrará con que ya no hay sol para él.
Esa es la razón por la cual los árboles son altos y el bosque nos maravilla.
Abajo, los helechos y plantitas rastreras viven de las migajas de luz que dejan caer desde lo alto sus grandes hermanos y que se han agarrado todo el cielo para ellos.
Me aterra la idea de pensarte natural.

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